Muchas veces innovar es solo modificar cierta información previa, que se da por verídica, aunque todavía nos cause interrogantes, pero la modificación propuesta debe poseer argumentos convincentes comprobados.
La innovación actual, tiene que distinguir entre lo disruptivo o las simples mejoras en cuestiones o dogmas vigentes. Se puede innovar en cada área o campo, pero para eso hay que pensar de manera diferente, lo que implica que se debe cuestionar absolutamente todo y verlo todo desde otro punto de vista, esa óptica diferente.

EL PRIMER PASO PARA INNOVAR ES CUESTIONARLO TODO
La primera Ley de Newton o ley de la inercia manifiesta que “un objeto permanecerá en reposo o con un movimiento rectilíneo uniforme a menos sobre él actúe una fuerza externa”. Esto es perfectamente aplicable a la manera de pensar. Por costumbre o educación, tendemos de manera natural a pensar de manera continua, y según la línea de ideas que nos enseñaron y creemos que son la única manera verdadera y correcta en muchas ocasiones, incluso en temas cotidianos, la familia, el trabajo o la iglesia. Cuando no hemos cuestionado de lo siguiente:
¿Por qué debemos comer tres veces al día?
¿Por qué dormir 8 horas?
¿Por que oramos pensando en el cielo?
¿Por qué se trabajan normalmente 5 días y se descansan 2?
¿Por qué nos educan para ser empleados?
Cuántas más cosas hacemos diariamente por inercia, sin llegar a cuestionarlo porque “siempre se ha hecho así” o alguien nos dice “esto por siglos se ha hecho así y siempre ha funcionado”. Deberíamos mantenernos en esa etapa de la niñez, donde siempre preguntan el porque, a veces hasta el hastío. Ver la realidad de la misma manera y decir que vamos a innovar, es un craso error; hay muchos ejemplos reales de errores garrafales en predicciones y falta de visión innovadora:
«Este ‘teléfono’ tiene demasiadas deficiencias como para ser considerado como un medio de comunicación de verdad«. William Orton. Presidente de Western Union (1876).
«El caballo está aquí para quedarse pero el automóvil es sólo una novedad – una moda pasajera”. Presidente de la Caja de Ahorros de Michigan aconsejando al abogado de Henry Ford, Horace Rackham, de no invertir en la Ford Motor Company (1903).
«La caja de música inalámbrica no tiene valor comercial imaginable. ¿Quién pagaría por un mensaje enviado a nadie en particular?» (Los socios de David Sarnoff en respuesta a sus intenciones de invertir en la radio en 1921).
«Creo que en el mundo hay mercado para quizás cinco ordenadores.» – Thomas Watson, presidente de IBM (1943).
«La televisión no podrá retener a ningún mercado tras los primeros seis meses, y la gente pronto se cansará de mirar fijamente una caja de madera contrachapada cada noche«. Darryl Zanuck, 20th Century Fox (1946).
«Prácticamente no hay posibilidad de que los satélites espaciales de comunicaciones se utilicen para proporcionar un mejor servicio telefónico, telegráfico, de televisión o de radio dentro de los Estados Unidos«. – T.A.M. Craven, comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) (1961).
«Las compras remotas, aunque son totalmente viables, fracasarán«. – Time Magazine (1966).
«Los teléfonos móviles no reemplazarán los sistemas fijos de telefonía.» – Marty Cooper, inventor (1981).
«Predigo que Internet explotará como una supernova y en 1996 se hundirá catastróficamente«. – Robert Metcalfe, fundador de 3Com (1995).
«No hay muchos vídeos que yo quiera ver» – Steve Chen, CTO y co-fundador de YouTube expresando preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de su propia compañía (2005).
«Todo el mundo siempre me pregunta cuándo sacará Apple un teléfono móvil. Mi respuesta es, ‘Probablemente nunca’”- David Pogue, The New York Times (2006).
«No hay ninguna posibilidad de que el iPhone vaya a obtener una cuota de mercado significativa.» – Steve Ballmer, CEO de Microsoft (2007).
¿Por qué se equivocaron tanto estas personas? Porque probablemente se basaban en sus propias experiencias, percepción de la realidad o incluso intereses económicos, sin dejar volar la imaginación y pensar en todos los potenciales que se pueden crear.

INNOVAR ES DIFÍCIL
Es más fácil seguir con las líneas de productos o servicios que se tiene “desde siempre”, por eso:
«IBM, una gran empresa de ordenadores consolidada, no inventó y desarrolló un sistema operativo para los equipos domésticos, que fue “creado” por una joven Microsoft, ¿por qué?
«¿Por qué ningún banco inventó un innovador sistema de pagos por Internet como PayPal?
«¿Por qué ninguna empresa proveedora de servicios de Internet como Telefónica, AT&T, Deutsche Telekom,… se le ocurrió crear un buscador como Google o una red social?
«¿Por qué a ninguna compañía aérea se le ocurrió un modelo low-cost y tuvo que hacerlo una nueva como RyanAir?
«¿Por qué las empresas de Correos no invirtieron en sistemas de telefonía o Internet cuando ahora vemos que son un poco su continuación?
«¿Por qué ningún operador de telefonía móvil inventó una herramienta de comunicación como WhatsApp?.
Realmente supone mucho esfuerzo mirar al futuro y ver las nuevas posibilidades, además del hecho de que en muchos casos apostar por nuevos campos puede suponer una reducción de la actividad principal, con todo lo que ello conlleva, por que salirse de la zona de confort. No obstante, que tú no quieras interferir en tu negocio y revolucionarlo no quiere decir ni mucho menos que otros, sí estén dispuestos a hacerlo, y en ocasiones, cuando se da cuenta la organización, ya es muy tarde.
Esto por ejemplo le pasó a Kodak que, irónicamente, tuvo a uno de los que inventaron la cámara digital dentro de la organización, 20 años antes del comienzo de la popularización de estos dispositivos, hoy en día en manos de todos. En efecto, en 1975 tenían ya la primera cámara digital del mundo, pero la organización no apostó por esta tecnología en detrimento de su actual actividad de fotografía. El resto es historia.
LA COMPETENCIA Y LAS CRISIS EMPUJAN A INNOVAR

Muchas veces la situación, la competencia y otros factores obligan prácticamente a avanzar e innovar, bajo la pena de desaparecer si no se hace.
Un claro ejemplo puede ser la carta que Steven Elop, CEO de Nokia, que envió a sus empleados en los que les informaba que NOKIA, era como una plataforma petrolífera en llamas en medio del mar: estando quietos, morirían quemados. Solo quedaba el recurso de lanzarse por la barandilla al mar con un resultado incierto.
Hoy en día existen muy pocos colectivos que se encuentren bajo la “amenaza” de la gran competencia, tanto para empresas e instituciones (a los cuales incluso los robots empezarán a verse como rivales). Nadie se libra de tener que sobresalir en el mercado para ser una opción a tener en cuenta, y la tendencia es que, en el futuro, la tendencia se marque incluso más.
A lo largo de los últimos años he estado relacionado con una institución que se niega a evolucionar, consumiéndose así misma lentamente, desgastando sus pocos recursos, sin renovarlos. Su historia será igual como otros ejemplos, terminará involucionando, se le verá como innecesaria y desaparecerá, es momento que la conducción perciba esta realidad y “deje de creer que las cosas así se han hecho siempre”, que acepte sugerencias, cuando todavía se puede hacer algo. Por tanto, mi consejo es que siempre conviene tener la mente abierta a nuevas ideas y, sobre todo, a cuestionarlo todo y cuando hagamos algo, nos preguntemos no solo “¿por qué hago esto así?” sino “¿Cómo podría hacerlo mejor?”. Ejemplos hay muchos: Uber, Alibaba, Amazon, Facebook,Play Station, Xbox, Bitcoin, Wikipedia, Likedin y la lista sigue.
